Felipe Zapico Alonso nos acompañó en la presentación de La Jular en el MUSAC. ¡Qué bien que pudiera venir desde Badajoz, donde ejerce como profesor! Porque, además de que cuenta con toda mi admiración por su trabajo creativo tanto en música como en literatura (y por sus fotografías y su activismo en actos públicos y redes sociales…) nos une una amistad, más virtual que presencial, pero sostenida desde nuestra juventud. Y a esto se suma la gran importancia que el poeta leonés le da a la elección de las tipografías de sus libros.
Como ejemplo claro, el último, «Matada la friura». La tipografía elegida para portada y contraportada es Brittle y, según nos cuenta Sol Cabañas, diseñadora de ebookprofeno, la editorial que lo ha publicado, utilizó este tipo porque es rotundo, llama la atención, es impredecible y sobre todo requiere un esfuerzo de lectura, como el propio libro. Así como el color, que está pensado para destacar y mucho. En el fondo de todas sus páginas aparecen, tenues, los rasgos de un rosto delineado sobre una trapa de cochera callejera, aunando el interés por el streeet art y el diseño. Y lleva una licencia creative commons (by-nc-nd). Qué bien encaja todo con lo que nos trae aquí ¿verdad?
Dedicada a su abuela Honorata del Amo García, «Matada la friura» tiene como subtítulo «Novela infinitiva posbiográfica» y me ha parecido muy evocadora y emocionante. Te invito a leerla, haciendo clic aquí.